Confesiones del saliente presidente del grupo Éxito

El saliente presidente del Éxito, Gonzalo Restrepo López, un activista hippy de los años 60, el mismo que recibió 5 almacenes y entregó 427, 4.000 empleados y deja 40.000, en números redondos, considera que rico es el que tiene salud y tiempo.

A partir del 19 de marzo, día de san José, el rey del bajo perfil, el empresario que se considera "un inculto educado", dará un paso al costado.

Empresarios de éxitoNunca se ha quebrado, pero empezó quebrado. No envidia a los platudos de Forbes. No se sometería al detector de mentiras. No comparte su lado de la cama.

Eso sí, se va con su tinnitus a otra parte a seguir haciendo cosas.

Dos de ellas, dejar salir el lector y el filántropo que lleva dentro, y responder todos los correos que le llegan. Incluido uno que le envié y que respondió así:

¿Es mejor ser rico que pobre, como dicen que dijo Pambelé?
Rico en acceso a las oportunidades... Lo demás depende de cada cual.

¿El dinero para qué?

Para viajar y comprar una casita en un bosque.

¿Qué es un rico?

El que tiene salud y tiempo.

¿Para qué los ricos?

De los que yo digo, para crear más riqueza para toda la sociedad y en especial para los más vulnerables.

¿Se considera miembro de ese club?

De esa forma, sí, pero ahora voy a ser más: tendré más tiempo.
¿De qué hablaría con Bill Gates?
De su fundación.
Definición de la voz 'éxito' después de haber multiplicado por mil la empresa que recibió.
Éxito es trabajar en equipo pero con disciplina y respeto pensando que sí se puede.
¿Cómo lo hizo?
Sin complejos. Haciendo más que hablando.

Después del Éxito ¿qué?

La familia, los amigos, la lectura y viajar con el cuerpo o con la mente.

Borges decía que ser colombiano es "un estado del alma". ¿Qué es ser colombiano?

Es disfrutar aun con tanto dolor. Es una mezcla de abundancia de alegría con falta de coherencia y practicidad.

¿Qué habría pasado si el novelista es usted y la líder empresarial su talentosa hermana (Laura)?

Ella habría multiplicado la empresa por diez mil y yo no habría vendido un solo libro.
Libros que no ha leído y que tiene en su mesita de noche...
La femme du V, de Douglas Kennedy, L'Argent, de Zola, The great A&P and the struggle for small business in America y Memoria por correspondencia, de Emma Reyes.
Para san Agustín, la felicidad no está en tener mucho, sino en necesitar poco.
Sí, pero yo colecciono mucho papel. Me parece que contienen conocimiento y me da tristeza tirarlo. Sé que con un iPad es suficiente, pero aun no me he podido salir del olor del papel.

¿A qué se debe la generosidad que lleva a los ricos a hacer grandes donaciones, como el dueto Gates-Buffet?

Se dieron cuenta de que ayudan a miles y se tiran a sus hijos si les dejan todo eso. Y, en algunos casos, es una cosa tributaria. Las familias siguen manejando lo suyo en una fundación, en vez de dejarlo en impuestos al Estado, a la muerte del que hizo el dinero.
Es su criterio y una decisión respetable.

¿Se están haciendo 'perdonar' tanta riqueza?

No lo creo . No sé si creen en el infierno o el cielo. Los americanos no se sienten mal como nosotros o ciertos europeos, por crear riqueza. Al contrario, es algo que todos emulan. Allá tener éxito es algo bien visto y aquí también debería ser si se maneja responsablemente con la sociedad. Una sociedad en la que nadie tiene éxito es una sociedad pobre.
¿Cómo hizo sus primeros denarios?
Armando cajas de vestidos Everfit y revisando cartera en un almacén de la familia.
¿Qué le produce tener asegurado el almuerzo hasta el final de sus días?
Con las cosas que se ven, hoy nadie lo tiene hasta el final de sus días. Manejar ahorritos es muy difícil. Pero, mientras el cerebro funcione, sí, lo tengo. Para el resto, los seguros.

¿No se asusta con la amenaza bíblica de que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que no que un rico se salve?

Hay pobres malos y ricos buenos. Y en la mitad también. Me siento ahí: clase media. Ni rico ni pobre, ni del todo bueno ni del todo malo.

¿Quisiera haber tenido una buena quiebra para probarse en la adversidad?

No me he quebrado pero sí empecé quebrado. Todo lo adquirí con créditos moderados y tuve Simca y R-6. Además, empresas quebradas sí he manejado y sé lo que se siente. Pero todo puede mejorar si los objetivos son claros y se motiva a la gente para lograrlos.
¿Esa adversidad llamada 'tinnitus' -que menciona Laura Restrepo en una novela- cómo la ha 'batuteado'?
Es como no tener un pie. Se aprende a vivir con ella. Y, además, siempre trabajo escuchando piano. Así es como distraigo esa chicharra. Y cuando me está enloqueciendo pienso en aquello de que soy un privilegiado porque escucho el ruido del universo.
¿Qué origina tanta corrupción que padecemos y cómo terminar con ella?
La laxitud en la aplicación de la ley. Las interpretaciones de esta dan para mucho y, entonces, (hay) penas muy altas para los que cometen pequeños errores y muy bajas para los malos de verdad.
No hay discrecionalidad y una formación de alto nivel para los jueces. Todos saben cuáles son los verdaderos malos. Y esto paraliza de miedo a la administración. Nadie se atreve a firmar un documento, a tomar una decisión, y las maquinarias así no pueden arrancar. Mientras la corrupción galopa.

¿Envidia a los platudos que aparecen cada año en la lista 'Forbes'?

Absolutamente no. Conozco a algunos y el estrés en que viven.
¿Ha hecho méritos por pertenecer a dicha lista?
¡Jamás! Siempre he manejado cosas ajenas. Estudié administración y administré. He sido un mayordomo.

¿En qué gasta lo que le sobra?

Viajo, ayudo y amo las ciclas y las cámaras.

¿Su mayor riqueza?

Mi mayor riqueza es que vivo en paz... conmigo mismo.

¿Su mayor pobreza?

¡No ser más fresco! Tomo todo muy en serio y la mayoría de lo que preparo nunca ocurre.

¿A usted la riqueza se la dieron en educación?

Total, y en amor.
¿Qué tiene de su primero y de su segundo apellido?
Del primero, la capacidad de relacionamiento y de expresar las ideas en público, y del segundo, el estoicismo, la disciplina y la prudencia.
¿Persona que más admira?
Muchas. En política me gusta Clinton.
¿En quién le gustaría reencarnar?

En nadie. Me quedo así y con una vez hay.

¿Se sometería al detector de mentiras?

No porque me pillan en mis secretos del alma. ¿Para qué?
De los años que tiene, ¿cuál le ha gustado más?
1969 en California. Época de los hippys. Tenía 18.
¿Su plato favorito?
Pastas al puesto, sopita de oreja y crispeticas con vino blanco.

¿Se sale fácilmente de casillas?

Sí, cuando la gente no pone atención al detalle. Me enloquezco.

¿De qué se arrepiente?

De haber sido tan ansioso en los primeros amores.

¿Libro que está leyendo?

Metronome, de Lorant Deutsch.

¿Qué le gustaría olvidar?

Cuando me excedí en un regaño a la hija y al sobrino porque me pareció que la rumbita con los amigos estaba muy pesada.

¿Por qué desea que lo recuerden?

Eso no va a pasar. Siempre digo que gente hay como hormigas y que, cuando perdemos los dientes o desaparecemos, llega el olvido. Pero me gustaría que dentro de lo humano digan que hice el esfuerzo de ser justo y que tuve buen criterio.// El Tiempo

Publicar un comentario

0 Comentarios