“No consiste sólo en destinar más recursos para la plataforma virtual de la compañía, mucho menos en descuidar la infraestructura física. Basta con definir dónde se encuentra el público target y empezar a invertirle tiempo y dedicación”. Así, con esas palabras Alejandro Romero resumió la clave del éxito que tienen algunas multinacionales actualmente gracias al internet. El experto en comunicación financiera y de crisis, visitó en estos días el país con el fin de presentar un reporte sobre la responsabilidad social empresarial en Colombia y sus enfoques desde el punto de visita Online y de redes sociales.
En diálogo con este medio habló del impacto que genera la herramienta digital en las empresas, la importancia de mantener una excelente reputación en las redes sociales y explicó por qué los directivos deben estar en permanente contacto con sus clientes.
¿Cómo están las compañías en términos de reputación corporativa?
El país está muy incipiente como el resto de los mercados de la región, nosotros pensamos que este tema va a ser una palanca que va a mover el crecimiento de las empresas, y por lo tanto necesitan pensar cuál va a ser su estrategia de reputación y su relación con cada una de las audiencias, en un mundo donde cada vez más el acceso a la tecnología se convierte en un commodity. Hoy el consumidor tiene que elegir sobre aspectos que están marcando la diferencia a la hora de comprar un producto o adquirir un servicio.
Básicamente, ¿cuáles son esos aspectos?
Uno es marca y otro es reputación.
¿Cuáles son las claves para tener una buena reputación empresarial?
La primera es el liderazgo, otra es el ambiente laboral, la buena ciudadanía corporativa, la corresponsabilidad con el gobierno y con las autoridades, la innovación, el desempeño financiero, buenos productos y servicios. Esos son algunos puntos principales para que una empresa pueda cambiar la aguja de la popularidad o imagen que tiene.
¿Cómo pueden hacer una buena gestión en la plataforma Online?
El mundo digital ha venido para quedarse y sobretodo en una concepción de democratización de la información, un gran factor que ha generado en las redes sociales relación y cercanía entre el consumidor y el cliente. Eso exige que las empresas sean mucho más transparentes en su formación, reporten de una manera mucho más especializada y profunda sus actividades y tenga además que establecer un diálogo con esas personas que conversan por la red.
Esta ha sido en los últimos cien años, la mayor revolución para las organizaciones empresariales donde es posible que ahora cualquier cliente pueda hablar con el CEO de una organización y le podamos dar el feedback directo por redes. La personalización que eso genera en la organización se convierte en riesgos y posibilidades.
¿Cuáles riesgos más comunes?
Primero no estar monitoreando y escuchando qué es lo que se está hablando en la red sobre sus directivos o sobre la propia compañía, si uno no lo monitorea puede que se esté perdiendo de la conversión alrededor de la organización en la que no puede emitir su propia versión de los hechos, que hace que si la empresa esta ciega en eses aspectos tampoco podrá detectar si es un riesgo para la compañía.
El segundo, es definir una conversación con las audiencias sin haber determinado un modelo previo de qué es lo que quieren hacer en la red. Hay organizaciones que se lanzan a crear una página en Facebook o un cuenta en Twitter sin tener claro cuál es el desarrollo orgánico y ahí no se puede improvisar. Ese es un canal igual de relevante como los medios tradicionales de comunicación, en el que una equivocación se propaga a una velocidad muchísimo mayor a lo que estábamos acostumbrados.
¿Y las claves para sobrevivir en internet?
Las organizaciones deben plantearse qué modelo quieren desarrollar en la red, tener la convicción de hacerlo, desarrollar una estrategia, definir una política de conversación en cada uno de los canales y contar con los recursos y el equipo especializado para poder lanzarse a esa tarea, sino lo único que están asumiendo son riesgos que pueden perjudicar la reputación.
¿Qué tanto se deben preocupar por la reputación corporativa en línea?
Es tan importante como la misma imagen tradicional de la empresa. Incluso un poco más, por el nivel de profundidad que pueden tener de información alrededor de la compañía. Hoy todo ha cambiado, antes uno seleccionaba unos concesionarios, dedicaba 15 días a visitarlos, elegía el modelo del carro, después negociaba, visitaba otros para comparar y luego tomaba su decisión de compra. Ahora solo es necesario ir al concesionario para recoger el vehículo, porque todo el proceso lo hemos hecho por internet.
¿Qué tanto puede influir esa interacción en el crecimiento de una compañía?
Nosotros pensamos que mucho, cada vez más esa conversación a través de un directivo genera visibilidad ante la organización, interés de los analistas que entienden el desempeño financiero de la organización y construye valor para la compañía.
Entre 2008 y 2010 se hizo un ranking que demuestra que aquellas compañías que estaban presentes en la red y que tenían un diálogo de confianza con sus principales audiencias no crecieron durante la crisis pero tampoco decrecieron, es decir estuvieron mucho más preparadas para entender su presencia en el mercado que las que no tenían presencia en la red. En comparación su crecimiento fue de 10 y 20%.
Así que el consejo es que si una empresa quiere perdurar en el tiempo debe dedicarse a invertir en reputación.// El Espectador (COM)
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