En 1998 pocos creyeron que la región sería sacudida por un terremoto que acabaría con la vida de más de mil personas y más de 35 mil viviendas. Tal y como lo dijeron en esa época los docentes de la Universidad del Quindío, Armando Espinoza y Hugo Monsalve, un sismo de gran magnitud ocurrió tres meses después, en enero de 1999.
Esta semana, luego de varias falsas alarmas que circularon por redes sociales tras el sismo del martes y cuyo epicentro fue en La Mesa de Los Santos (Santander), el Servicio Geológico Colombiano declaró que “los temblores no son predecibles”, sin embargo esto contrasta con las aseveraciones del director del Observatorio Sismológico de la Universidad del Quindío, el ingeniero Hugo Monsalve, quien desde hace varios meses viene hablando de que existe un 87 por ciento de probabilidades de que se presente, antes de finalizar este año, un sismo en la región.
Incluso asevera que podría oscilar entre 6.5 y 7.5 grados de magnitud en la escala de Richter. Sus afirmaciones no son vaticinios ni pronósticos, sino el resultado de un análisis de probabilidades de ocurrencia de eventos que se basa en uno similar realizado antes del sismo de 1999. Ese estudio les permitió a los dos docentes hablar, unos meses antes (en octubre de 1998), de un sismo en la región.
El más reciente estudio 'Potencial sísmico de la zona de subducción en el Quindío y Risaralda' fue publicado en 2005 en la revista de la Universidad y referencia los sismos de los últimos 42 años. Monsalve le explicó a EL TIEMPO que se tomó una ventana de tiempo entre el 2005 y 2015, lapso en el que se podría presentar el nuevo evento sísmico.
“Estos sismos de subducción (más profundos) son los que estamos esperando (en la región), el comportamiento de la subducción ha apoyado nuestra observación, hace tres meses se registró un sismo de 4,6 en Risaralda, después de que venía un silencio de muchos años en esa zona y ese es el patrón que nosotros monitoreamos”, dijo Monsalve.
El estudio dirigido por Monsalve da cuenta que se podría esperar “un evento con una magnitud de entre 6.5 y 7.2 en la zona de subducción entre Filandia y Circasia (Quindío) con una probabilidad del 57 por ciento”. Igualmente, “un evento con una magnitud de entre 6.7 y 7.3 en la zona de subducción en límites entre Risaralda y Chocó con una probabilidad del 51 por ciento”.
Finalmente el texto señala que “considerando las dos fuentes de subducción se podría esperar un sismo con una probabilidad de ocurrencia del 87 por ciento”.
El ingeniero enfatizó que es una observación de probabilidad, “no es una certeza, ni estamos poniendo una fecha, se puso una ventana de tiempo (2005 -2015) y eso de hecho lo hace la norma sismoresistente cuando hace el estudio de amenaza”.
Y agregó que “quién diga el día y la hora de un sismo está mintiendo y son especulaciones, lo que nosotros hacemos con este tipo de trabajo es advertir a la población para que esté preparada para estos eventos”.
Por su parte, la asesora de la Unidad Departamental de la Gestión del Riesgo de Desastre, Diana Giraldo, dijo que “es imposible predecir un sismo pero sí hay unos términos de recurrencia que se pueden estudiar”.
Giraldo además comentó que aunque “hemos avanzado mucho en gestión del riesgo, si ocurriera un terremoto como el de 1999, sí superaría las capacidades de respuesta del Quindío, pero también podemos decir que ya sabemos que hay que cerrar el departamento para que no lleguen desconocidos”.// El Tiempo (COM)
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